Nadie realmente sabe…
Cayendo de repente en la
cuenta de que no sabía quién era, el Mulá Nasrudín se lanzó a la calle en busca
de alguien que lo pudiera reconocer.
La muchedumbre era densa,
pero se hallaba en un pueblo ajeno, y no encontró ninguna cara conocida.
De pronto se encontró en la
tienda de un ebanista.
–¿Qué puedo hacer por
usted? – preguntó el artesano.
Nasrudín no dijo nada.
–¿Desea usted alguna cosa
de madera? – le preguntó
– Lo primero es lo primero
– dijo el Mulá. – Vamos a ver. ¿Usted me ha visto entrar en su negocio?
– Sí, claro.
– Muy bien. Y ¿me reconoce? ¿Me ha visto
usted alguna vez en su vida?
– No, nunca – dijo el artesano.
– Entonces ¿cómo sabe usted que soy yo?
From our
copy of The Pleasantries of the Incredible Mulla Nasreddin, by Idries
Shah, illustrated by Richard Williams. Spanish retranslation by us.
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